Conocer la poética de Thomas Stearns Eliot es para mí uno de los más grandes regalos de la naturaleza humana.
Para los que no saben de Eliot, la gente wikipediana declara: “Thomas Stearns Eliot, conocido como T. S. Eliot (St. Louis, Missouri, 26 de septiembre de 1888 - Londres, 4 de enero de 1965) fue un poeta, dramaturgo y crítico anglo-estadounidense. Representó una de las cumbres de la poesía en lengua inglesa del siglo XX. En 1948 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura”.
Para los que no saben de mí, diré (referente a la historia que hace título a mi comentario) que estudié en una universidad nacional de mi país. Esta información dará pie al tema, a lo que quiero llegar. Mi país, convulso y dañado, lleva a los docentes, policías, médicos, juristas y demás a marchas pro defensa de sus intereses económicos, su salud, sus derechos –que no juzgo aquí- lo que genera desde hace más de una decena de años constantes huelgas, entre ellas, las universitarias. Durante ese proceso, los estudiantes teníamos (tienen aún) que aprender por nuestros propios medios lo que en las aulas nos era mentado (reuniones en casas de amigos, partidos de fútbol, domingos condimentados); algunos “recursearnos” económicamente (término acuñado en las aulas, según yo); ó quedarnos en casa viendo las caras de nuestros padres, haciéndonos autodidactas, revoloteando en la televisión ú otros. Yo hacía “ú otros”.
Hablo del año 2002. La huelga fue larga, concisa, nos tenía sin esperanza. Días antes de aquella, yo estuve hurgando en los anaqueles de la biblioteca de humanidades, tenía en mente comenzar un Cortázar que me había recomendado mi buen amigo Carlos. No lo hice. Me causó gracia que tal libro no estuviera por más de una semana que intenté sacarlo de esa biblioteca. A cambio, entre nombres, editoriales, fechas y dedicatorias, me llamó la atención –por contraste- un libro debido al apellido que lo iniciaba. T.S. Eliot. Me sonó raro, me sonó curioso, no me sonó mucho. Anoté los códigos, esperé al encargado. Lo saqué sin contratiempos y ese mismo día avance la introducción de José Mª Valverde, escéptico, prematuro, subrayando. Ese fin de semana la huelga inició. Y posteriormente arreció.
Poesías reunidas 1909 – 1962, resume –si cabe el término- 12 entregas de T.S. Eliot. Tuve el agrado de pasar largas horas, largos días por más de un mes, hoja tras hoja este libro de Alianza Editorial. Yendo y viniendo, anotando en mi cuaderno los versos más alucinados, suculentos, nutritivos. Como dije al inicio, yo estaba resuelto a encontrarme con una centena de hojas para el olvido, pero no fue así. Y degustar a Eliot dió cabida en mí a nuevos instintos, otros deseos, imaginación e inanición. Valverde me llevó con su introducción en una forma clara, sistemática y acuciosa hacia el autor. Y el autor de por sí me tomó de las orejas y me llevó al rincón de los ratones lectores. Me gustó. Me topé con La canción de amor de J. Alfred Prufrock del libro Prufrock y otras observaciones. Y ese fue el gatillo. Bella época.
Hoy, en estas fechas, encontré nuevamente al azar la versión declamada de Eliot con fondo de Portishead: ambos artistas de mi gusto, no podía pasar de largo hacerles ver esa genial combinación, para muchos deplorable. Y es la mención de T.S. Eliot ó la calidad interpretativa contemporánea el referente a oír semejante collage. Yo la valoro por razones estéticas y personales. Decía, encontré La canción de amor… y me siento ansioso, la repaso, oigo las inflexiones de la voz de Eliot, la terrible pérdida al traducir de las rimas mientras leo el original, las encabalgaduras ya despojadas, el ritmo real del poema.
La traducción es una copia muerta, un engaño, me discutía así un poeta, hace tiempo. Yo quiero ver más allá de lo que se ha traducido ahora con esta compilación: déjense llevar por todo el ensamble de Eliot vs Portishead.
Pero, a lo mejor (y mejor si es así) quieren una leve reseña de Poesías reunidas 1909 - 1962, el libro guía por el lenguaje de Eliot en su desarrollo. Tierra baldía (1922) el la cúspide del libro y no lo niego: los 5 poemas y la forma de llevarlos, la creación de imágenes unidas a la sonoridad, la elegancia, los recursos tan variados puestos en marcha. Todo. No debería, pero puedo atreverme a recomendar leerla de inicio a fin en su primera lectura (indispensable). Una segunda lectura puede ser directamente sobre Tierra baldía y Poemas de Ariel, pasando por Cuatro Cuartetos, Miércoles de ceniza y el cierre con Prufrock. Eso para los que socavan en perspectivas desorientadoras pero recargadas de cambios. El libro se sostiene solo, tiene la facultad de abrirse campo en el imaginario personal (a mí me pasó) rápidamente. Debo confesar que Eliot fue mi consejero de cabecera por más allá de un bimestre.
Dejo el poema, su traducción y el tema de los 2 ingleses en este archivo para su descarga y evidente deleite.
Dejo el poema, su traducción y el tema de los 2 ingleses en este archivo para su descarga y evidente deleite.
PD: La Versión de "Eliot vs Portishead" se encuentra en el playlist, para los que no deseen demorar con la descarga.
2 comentarios:
Estimado Juan Carlos, veo el blog muy bien. Me gusta el estilo de los comentarios. Eso sí, el post de Eliot tal vez sea excesivamente largo. Y citar a wikipedia a cada rato es algo que podrías obviar. ¿Por qué no le pones otro nombre al blog: "Aló Juan Carlos", "Bailando con Juan Carlos" o "Juan Carlos y sus dos maridos"?
Ojalá continúes,
C. Q.
P.D. ¿El perfil te parece un buen lugar para cuadrar a tus lectores?
Hola Carlos. Gracias por comentar.
Definitivamente considero el perfil (o el gadget debajo del perfil) como el lugar preferencial para decirle a los visitantes que razones, piensen y actúen como eres humanos normales :)
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