N E O B A R R O S O

No es solamente estar ante la presencia de una mortaja o la voz más sensible atrayendo hacia la muerte un día domingo en que la sonoridad de violines clásicos, el jazz sampleado para Billie Holiday y lo inexplicable y hermoso del jungle breakbeat se juntan. Se trata de un vuelo a ojo de paloma a través de Hungría, con los labios cerrados, dejando que los sintetizadores exploten, abarquen las circunstancias. Así se proyecta brevemente el tema “Öngyilkos Vasárnap” del canadiense Aaron Funk o más bien llamado Venetian Smares, BeeSnares, Last Step u otros.

Funk es del ’75, su música enfoca los estilos Breakcore, IDM, y la tendencia Jungle; y aunque suene muy extraño, sus influencias son provenientes de su madre y su relación con el death métal y el punk rock.

Funk es un prolífico artista, su obra abarca desde compilados y tracks en casettes editados por él mismo hasta el sin número de disqueras que lo han acogido en sus periplos por lo electrónico y la experimentación con su Renoise.

El disco llamado “Rossz Csillag Allat Született” proviene del viaje cósmico de Funk por Hungría, tratando de materializarse metafísicamente en una paloma y así describir las más inesperadas sensaciones por un vuelo sin término que destapa la ruptura o juntura entre las computadoras y el ritmo clásico de los salones cuando Reszo Seress pensaba en el suicidio mientras Budapest transita por el sopor y la soberbia. El disco tiene la traducción de “Nacido bajo una estrella negra” y efectivamente, relacionar el nacimiento con la oscuridad de las estrellas es lo que el ímpetu de los violines y el desgarrador sintetizador nos provocan. Cada tema conjuga elementos de carácter, son entes casi racionales invocados por este nigromante musical. El listado de canciones con sus correspondientes traducciones es el siguiente (gracias a la madre de la cultura web, Wikipedia):

Mi conocimiento del disco llegó gracias al tema 5, Hajnal. Literalmente quedé fascinado con la irrupción a golpe de los infinitos drums tras la entrada fanfarrona de los violines densos y vertiginosos. La combinación hace que el recorrido de lo orquestal a lo electrónico sea absolutamente un deleite. Lo asombroso que hace aún más genial a Hajnal es que sus 7’46’’ son inagotables, no dejan lugar a la esterilidad de pensamiento o la lucidez que se genera tras tanto choque. El 3’36’’ es el genial punto de inflexión.

Otro tema provocadoramente atractivo y oscuro es el "Öngyilkos vasárnap" (del cual hablaba al inicio del post). La voz de Holidai retraída por el sampler atrae la muerte, conspira con Funk para hacerte olvidar el espacio donde te das cuenta que eres algo, y simplemente te sume en una enorme desesperación encantada. No hay mayor amenaza que la sencilla relación con la versión original del tema "Szomorú Vasárnap” de Seress (en inglés llamada Gloomy Sunday y popularizada por la misma Billie el año ‘41), de la que se comenta como leyenda que generó y genera el suicidio. Sin embargo diré sinceramente, que la versión original no me produjo mayores desgastes que el sopor.

Por lo demás, solo queda añadir que el disco es magnífico. Es un hecho serio. Y como condición a esta obra de  arte, Funk tuvo que aprender a tocar el violín y la trompeta, que en los 11 tracks son marcadamente reconocibles. El paquete emocional sin descuidos propuesto por Aaron en este discazo es sencillamente necesario para comprender los argumentos que llevan a la razón y la locura a través del sampler.

Dado y nacido bajo las condiciones del Breakcore con influencias del jugoso Jungle, el disco es absolutamente aclamado por los conocedores y lleva el implacable sello oscuro de la nostalgia envolvente amalgamada a la dedicación orgánica del sentimental talento producido por Funk. Altamente recomendado. Disfrútenlo ahora que lo re-subí!

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